Mentí
una vez más al mirarte,
y me ví
como a un cobarde desarmado,
que rechaza
enfrentar una batalla.
Ahora
que estoy pensando en tí,
me veo, como
al más osado,
y como al más
temible de los guerreros.
Recurso
fuerte es mi pluma,
mi escudo protector:
una hoja blanca,
y me ensalzo
sin poner quien soy.
Giro
en torno a tu mirada tierna,
contando sueño
tras sueño, atolondrado,
cantando y gozando
de felicidad.
Arrullado
por el viento de tus labios
entre dientes
digo: ¡Cuán hermosa eres!,
apoyando mi
mirada en tu contorno.
Ramo
de cosas sencillas habitan tu desnudez,
y tu mirada,
vaga en torno sin fijarse bien,
que la dicha
se esconde, en tu palpitar.
Intíma
azucena tímida,
vagabunda, inquieta
y tierna,
niña
presurosa.
Toma
tu tiempo,
y no te detengas
en la tempestad,
y no desesperes,
que ésta lluvia cesará.
Abre
de par en par tu corazón,
y escucha mi
voz que dice tontamente que,
sólo
quiero estar junto a tí.
Miguel
6/VI/90
Inspirado
por MARGARITA
|